MI MARIDO ME DEJÓ UNA MONTAÑA DE PLATOS EN EL DÍA DE LA MADRE – ESTABA HARTA DE SU COMPORTAMIENTO Y LE DI UNA LECCIÓN.

El Día de la Madre, mi marido me trajo un café “sorpresa” a la cama. Luego hizo la mitad del desayuno y me pidió que hiciera la otra mitad. No había problema. No FUE ningún problema hasta que bajé las escaleras. Había una montaña de platos en el fregadero que él y sus amigos habían dejado el día anterior. Mi marido subió para “ir al baño” y, al cabo de 45 minutos, subí a ver cómo estaba y me lo encontré dormido en la cama. Durmió toda la tarde. Hice el desayuno para nuestro hijo, luego lavé los platos y preparé la cena. Cuando me disponía a descansar, mi marido se despertó. Quería compensarme y me propuso ir a la tienda. Se lo agradecí, pero cuando estaba a punto de acostarme leyendo un libro, cayó la gota que colmó el vaso. Mi marido gritó: “Nicole, ven aquí y

“…¡ayúdame a bajar estas bolsas del coche!”. 🚗🛍️

Me levanté, agotada, y lo vi sonriendo, como si estuviera haciendo algo “especial” por mí. Pero las bolsas no eran flores, ni mi postre favorito, ni nada para celebrar el Día de la Madre. Eran cervezas, papitas y carne para asar con SUS amigos al día siguiente.

Lo miré fijo y, sin decir una palabra, tomé mi libro y volví a la cama. Él gritó desde abajo:
—“¿No vas a ayudarme? ¿Qué clase de madre floja eres?”

Eso fue la chispa. ✨

Al día siguiente, en lugar de limpiar la casa y preparar todo como siempre, me vestí, agarré mi bolso y salí con nuestro hijo. Pasamos el día en el parque, comimos helado, nos reímos y disfrutamos de verdad.

Mientras tanto, mi marido tuvo que recibir a sus amigos con una cocina sucia, sin platos limpios, sin nada preparado. Y cuando me llamó furioso, le dije con calma:
—“Bienvenido a mi Día de la Madre retrasado. Hoy TÚ eres el responsable de todo lo que yo siempre hago por ti”.

El silencio en la línea fue glorioso.