Durante años, Bellport fue ese lugar de ensueño del que Tom siempre hablaba. Prometió que iríamos, pero siempre había alguna excusa, que tenía demasiado trabajo y demás. Y entonces, ¡se olvidó de nuestro décimo aniversario y se fue a su “viaje de negocios” en su lugar! Me rompió el corazón.
Así que me cansé de esperar. Busqué a mi mejor amiga Jenny y nos fuimos a Bellport, las dos solas, listas para pasar un buen rato. ¿Pero adivina con quién me encuentro? ¡A mi Tom! Sentado en el vestíbulo, riendo, ¡con su brazo alrededor de otra mujer!
Al principio, sólo quería ir hacia ellos y hacer una escena. Pero entonces, algo hizo CLIC. Espero a que se vayan y me dirijo a la recepción, muy sonriente, fingiendo que estoy allí para sorprender a mi marido. Se lo creen y me dan la llave de su habitación. Entro y empiezo a grabar su nidito de amor. Pero eso era sólo una parte de mi plan de venganza perfecto.
Al día siguiente, Jenny y yo
…nos levantamos temprano y fuimos directas a recepción. Con la misma sonrisa fingida, pedí que cargaran en la habitación de Tom el “paquete romántico premium” para recién casados: desayuno con champán, spa para dos, ramo de rosas rojas, tour privado en barco… y, por supuesto, el carísimo servicio de fotografía profesional del hotel.
Cuando Tom y su amante regresaron más tarde, la suite estaba llena de globos con corazones, pétalos de rosa en la cama, y una factura que fácilmente triplicaba el presupuesto de sus vacaciones.
Jenny y yo, mientras tanto, estábamos en la cafetería de enfrente, viendo cómo discutían a gritos con el recepcionista. Yo grabé todo, por supuesto. Esa misma noche, subí el vídeo de la discusión y las fotos románticas de su habitación a un grupo privado… con todos nuestros amigos y familiares.
El mensaje era claro: si quería mentir sobre su “viaje de negocios”, al menos que fuera una experiencia que jamás pudiera borrar.
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