SEGUÍ A MI NOVIO PORQUE ÚLTIMAMENTE SE COMPORTABA DE FORMA MUY SOSPECHOSA – LA VERDAD ME DEJÓ PASMADA.

Durante el último año, Emmet ha estado desapareciendo una vez al mes, sin decir adónde iba ni por qué. No quería ser una novia paranoica, pero sus salidas secretas me inquietaban.

Cada vez que le preguntaba, se desentendía. Así que le seguí la pista.

Se detuvo en el cementerio, y yo también. ¿Aniversario de muerte? Sus padres están vivos. ¿Los abuelos? ¿Un amigo? ¿Una ex?
Lo seguí cuidadosamente. Finalmente, se detuvo. Vi el nombre en la tumba, luego, sacó una foto… y yo, literalmente, dejé de respirar, susurrando:

Yo: «¿Quién es…?»
Él: «Dios… ¡¡Me has asustado!! ¡¿Qué demonios haces aquí?!»
Yo: «Contéstame…»
El: «¡Esa es mi ESPOSA!»

Sentí que se me doblaban las rodillas. No podía ser verdad. Esta mujer no era otra que MI

…nombre y mi fecha de nacimiento, grabados en la lápida.

Me quedé sin palabras, mirando esa piedra fría con mis propios datos tallados.

—Esto no tiene sentido… —murmuré.

Emmet respiró hondo, con la voz quebrada:
—Hace un año, sufriste un accidente de coche. Los médicos dijeron que no sobrevivirías… Estuve aquí el día que te enterramos.

Mi mente daba vueltas. No podía procesarlo. Yo estaba viva. Yo estaba allí.
—¿Qué estás diciendo? —logré preguntar.

Entonces me contó algo que me heló la sangre: esa tumba no era simbólica. Según él, yo había muerto… y la persona que estaba junto a él ahora no debía existir.

Y en ese momento, un hombre vestido de negro apareció detrás de mí y dijo:
—Señor Emmet, ya le dije que no debía traerla aquí. Está rompiendo el pacto.

Ese fue el instante en que entendí que toda mi vida podía ser una mentira.

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