

Hasta hace poco, pensaba que tenía una idea decente de quién era y de la vida que llevaba con mi esposo.
Esto es lo que pasó… lo pillé con su compañera de trabajo en nuestra cama, pero no en el acto, así que hicieron como si no hubiera pasado nada.
Unos días después, vi mensajes de la otra mujer, pero desaparecieron 10 segundos después de ser leídos. Su astuto comportamiento me estaba atormentando.
Tres meses después, de repente pidió el divorcio cuanto antes, y entonces su ÚLTIMA novia empezó a aparecer con una panza de embarazada… Pero aquí está el truco.
Fue JUSTO COMO LO PLANEÉ.
Seis meses más tarde, los resultados de mi plan finalmente lo alcanzaron. Su chica embarazada me llamó, riendo, “FUNCIONÓ. POR FIN PODEMOS
…”hacerlo pagar como se merece”.
Resulta que ella nunca estuvo realmente enamorada de él. Desde el principio, habíamos trabajado juntas —sí, la “otra mujer” y yo— para tenderle una trampa. Me enteré de su historial de engaños y de cómo había arruinado la vida de otras mujeres, así que ella aceptó ayudarme a darle una lección.
La “panza” era falsa, los mensajes que él recibía eran cuidadosamente calculados para hacerlo sentir seguro, y la urgencia de divorciarse fue provocada por nosotras.
Cuando llegó la supuesta “fecha de parto”, él estaba nervioso, esperando ser padre… y en su lugar recibió una citación judicial: demanda por fraude conyugal, pruebas de sus infidelidades y todos los mensajes guardados.
La cara que puso cuando lo vio todo… ese fue mi verdadero final feliz.
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