
Me casé con un chico en silla de ruedas y todos los invitados me miraban con lástima, pero en medio de la ceremonia ocurrió algo inesperado.
Lo amaba con todo mi corazón. Nos conocimos por casualidad en un café cuando confundió mi pedido con el suyo. Era amable, cariñoso, atento; desde entonces, cada día con él era como una celebración. Soñaba con casarme con él, presentarle a mis padres y formar una familia.
Pero un año antes de nuestra boda, ocurrió algo terrible. Todavía recuerdo aquella llamada en plena noche, el frío en el pecho, el dolor y el miedo. Sobrevivió… pero ya no podía caminar.
Al principio, simplemente agradecí que estuviera vivo. Pero entonces empezaron los comentarios:
—Eres joven todavía —dijo mi madre—. No arruines tu vida.
Encontrarás a un hombre normal, tendrás hijos y serás feliz.
Pero no lo entendían. Ya era feliz. Con él, tal como era. Seguía siendo el mismo: amado, querido, real.
Llegó el día de la boda. Todo era perfecto. Flores, música, gente. Él con una elegante camisa con tirantes, yo con un vestido blanco, con la mirada fija en él. Pero sentí las miradas de los invitados. Me miraban con lástima y compasión.
Me dolió, pero aguanté, porque él estaba a mi lado.
Y de repente, en medio de la ceremonia, ocurrió algo inesperado que cambiaría mi vida para siempre Continúa en el primer comentario
Después de nuestro primer baile (me hizo girar al ritmo de la música en su silla de ruedas), de repente pidió el micrófono.
—Tengo un regalo para ti —dijo con voz temblorosa—. Espero que estés listo.
Su hermano se levantó de la mesa para ayudarlo a levantarse. Me quedé paralizado. Todos los invitados contuvieron la respiración.
Se puso de pie. Al principio, pesadamente, inclinado, inseguro. Pero paso a paso, agarrado a su hermano, vino hacia mí.
—Te prometí que haría esto por ti. Al menos una vez, yo solo —susurró, conteniendo las lágrimas—. Porque creíste en mí cuando nadie más lo hizo.
Todos en la sala lloraron. Caí de rodillas ante él y lo abracé como nunca antes.
Desde entonces, mi vida nunca volverá a ser la misma. Porque sé que los milagros ocurren. Sobre todo cuando amas de verdad.



Để lại một phản hồi