

Los granos en la barbilla no solo son molestos, sino que suelen ser una señal de que algo más profundo está ocurriendo en tu cuerpo o en tu rutina. El acné alrededor de la barbilla y la mandíbula es particularmente persistente y suele estar relacionado con desequilibrios hormonales, estrés, dieta y hábitos de higiene.
Las fluctuaciones hormonales son la principal causa, especialmente en mujeres adultas. Los brotes suelen aparecer antes de la menstruación, durante el embarazo o debido a cambios en los anticonceptivos. Estos cambios pueden aumentar la producción de grasa (sebo) y obstruir los poros.
El estrés es otro factor importante. Cuando te sientes abrumado, tu cuerpo produce más cortisol, lo que puede provocar exceso de grasa e inflamación, especialmente en la parte inferior del rostro.
La **dieta** también juega un papel clave. El alto contenido de azúcar, lácteos y alimentos procesados puede aumentar la insulina y las hormonas, empeorando el acné. Intenta comer más cereales integrales, proteínas magras y verduras para equilibrar tu piel desde dentro.
Errores comunes en el cuidado de la piel, como usar limpiadores agresivos o productos comedogénicos, pueden irritar la piel u obstruir los poros. Usa productos suaves y no comedogénicos y desmaquíllate siempre antes de acostarte.
Las superficies sucias, como el teléfono o la funda de almohada, también pueden transferir bacterias a la barbilla. Lava las fundas de almohada con frecuencia, limpia el teléfono y evita tocarte la cara.
En algunos casos, **problemas de salud subyacentes** como el SOP (síndrome de ovario poliquístico) podrían ser la causa, especialmente si los brotes son persistentes o quísticos. Si notas otros síntomas, como menstruaciones irregulares o exceso de vello facial, consulta con un médico.
Tratar el acné en el mentón requiere tiempo y constancia, pero con el cuidado adecuado, es posible tener una piel radiante. Escucha a tu cuerpo, trata la causa raíz y ten paciencia.
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