

La mayoría de los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas, como la EPOC, dependen de la terapia con inhaladores para mantener su calidad de vida. Estos medicamentos se consideran seguros y eficaces, y sus efectos secundarios suelen limitarse a problemas comunes como irritación de garganta o tos. Sin embargo, un caso poco común notificado recientemente en atención primaria ha planteado importantes interrogantes sobre riesgos inesperados. Una mujer desarrolló el síndrome de Sweet , un trastorno cutáneo poco común, poco después de comenzar un nuevo tratamiento con inhaladores. Este caso podría representar una de las primeras veces que la terapia inhalada se ha visto implicada en el desencadenamiento de la afección.

Presentación del caso
La paciente era una mujer de 55 años con antecedentes de hipertensión y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) . Durante años, su condición se mantuvo estable con enalapril y un inhalador de formoterol. Sin embargo, a medida que su función pulmonar comenzó a deteriorarse, su neumólogo le recomendó cambiar a un nuevo inhalador combinado con indacaterol y glicopirronio .
A las 48 horas de iniciar la nueva terapia , la paciente notó placas rojas y dolorosas que se extendían por la cara y el cuello. También presentó fiebre baja. Cabe destacar que no reportó haber consumido nuevos productos cosméticos, cambios en la dieta ni enfermedades recientes. Mientras estuvo al aire libre, usó protección solar adecuada, descartando una reacción solar típica.
Debido a la gravedad de los cambios en su piel, fue derivada urgentemente a un dermatólogo. Se suspendió inmediatamente el nuevo inhalador mientras se le realizaban más pruebas.
Hallazgos diagnósticos
Los análisis de sangre descartaron infecciones y enfermedades autoinmunes comunes. Para confirmar la causa, se realizó una biopsia de piel . Los resultados indicaron síndrome de Sweet , también conocido como dermatosis neutrofílica febril aguda .
El diagnóstico explicó sus síntomas: lesiones cutáneas eritematosas (rojas e inflamadas) repentinas y dolorosas, fiebre y dolor a la palpación. Tras la confirmación de la biopsia, se le recetaron corticosteroides orales , lo que produjo una rápida mejoría: la fiebre remitió y las placas cutáneas comenzaron a cicatrizar en dos días.
¿Qué es el síndrome del dulce?
El síndrome de Sweet es una enfermedad inflamatoria poco común descrita por primera vez en 1964. Sus características distintivas incluyen:
- Aparición repentina de pápulas o placas rojas dolorosas, que suelen afectar la cara, el cuello, la parte superior del torso y los brazos .
- Síntomas sistémicos acompañantes como fiebre, fatiga y recuentos elevados de glóbulos blancos .
- Hallazgos histológicos de infiltración neutrofílica densa en la piel sin signos de infección.
La causa exacta no se comprende del todo, pero se cree que se debe a la desregulación del sistema inmunitario y a la sobreproducción de citocinas . Los desencadenantes comunes incluyen:
- Infecciones (especialmente respiratorias superiores y gastrointestinales).
- Cánceres , especialmente tumores malignos relacionados con la sangre.
- Medicamentos , como antibióticos, antiepilépticos y ciertas vacunas.
Los corticosteroides se consideran el tratamiento de primera línea y a menudo brindan una mejoría espectacular en cuestión de días .

Por qué este caso es único
Lo que confiere relevancia médica a este caso es la sospecha de un vínculo entre la terapia inhalada para la EPOC y el síndrome de Sweet . Si bien el síndrome de Sweet inducido por fármacos es reconocido, los casos reportados previamente casi siempre han involucrado medicamentos orales o inyectables. Hasta la fecha, no se han documentado terapias inhaladas como desencadenantes.
Esto plantea nuevos interrogantes sobre si las partículas de fármacos inhaladas , aunque diseñadas para una acción local en los pulmones, podrían, en situaciones raras, desencadenar reacciones inmunitarias sistémicas.
El papel de la atención primaria
El síndrome de Sweet es poco común y sus síntomas iniciales pueden parecerse a afecciones más comunes como:
- Dermatitis de contacto
- Erupción lúpica
- Urticaria (ronchas)
- Brotes de rosácea
Debido a esta superposición, el diagnóstico temprano depende en gran medida de la atención de los profesionales de atención primaria. En este caso, el médico general reconoció la inusual gravedad del sarpullido y la fiebre, y derivó rápidamente al paciente a dermatología. Esta oportuna decisión permitió obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento eficaz.

Implicaciones más amplias para los médicos
Aunque esto parece ser un suceso poco común, el caso pone de relieve lecciones clínicas importantes:
- Manténgase alerta tras los cambios de medicación. Cualquier erupción cutánea nueva o que empeore a los pocos días de iniciar el tratamiento debe documentarse e investigarse cuidadosamente.
- Piense más allá de los efectos secundarios comunes. Incluso medicamentos conocidos, como los inhaladores, rara vez pueden desencadenar respuestas inmunitarias inesperadas.
- Las derivaciones tempranas son importantes. La información del dermatologo y los resultados de la biopsia fueron cruciales para llegar al diagnóstico correcto.
- Educar a los pacientes. Animar a los pacientes a reportar reacciones inusuales con prontitud puede ayudar a prevenir retrasos en el tratamiento.
Conclusión
Este caso inusual de síndrome de Sweet tras el tratamiento con inhaladores destaca la importancia de la vigilancia tanto en la prescripción como en el seguimiento del tratamiento. Si bien los medicamentos inhalados siguen siendo sumamente seguros y beneficiosos para los pacientes con enfermedades pulmonares crónicas, este ejemplo sirve como recordatorio de que pueden presentarse efectos adversos poco frecuentes.
Para los profesionales clínicos, reconocer los desencadenantes atípicos del síndrome de Sweet amplía la comprensión diagnóstica y garantiza que los pacientes reciban atención oportuna. Para los pacientes, el caso refuerza la importancia de la comunicación abierta sobre síntomas nuevos o inusuales.
En última instancia, este caso amplía la comprensión de la comunidad médica sobre el síndrome de Sweet y agrega una nueva dimensión a los riesgos potenciales asociados con las terapias inhaladas, incluso si tales casos siguen siendo extremadamente raros.
Để lại một phản hồi