Mi hija me llamó monstruo por mis cicatrices y dijo que arruinaría sus fotos de boda. Me dijo que no encajaba con la «estética» de su nueva vida con su rico prometido. Lo que ella no sabía era que su padre, al que consideraba «pobre», era en realidad un multimillonario, y que yo estaba a punto de darle el regalo de bodas que se merecía.
“Papá, esas cicatrices… incomodan a la gente. Arruinarás las fotos de la boda.” Así fue como empezó: no con amor, no con risas, sino con […]