Mi familia pensó que era una vieja senil cuando les advertí que la prometida de mi nieto era una estafadora. Me ignoraron. En la boda, me abrazó y me susurró: «Esta fortuna es mía ahora, vieja». Creía que había ganado. Pero justo cuando iban a intercambiar los anillos, me levanté…
«Todos piensan que estoy senil», pensé con amargura mientras estaba sentada en la catedral, con el aroma de las rosas impregnando el aire. Mi nieto, […]